Adriana Abarca Nov/ 8/ 2011 | 0
Es hora de detener a tiempo el cáncer de próstata
Aunque el cáncer de próstata siempre estará al acecho, los hombres cuentan con una valiosa herramienta para combatirlo: la prevención.
Ese tipo de tumor maligno es uno de los más comunes entre los varones costarricenses, justo detrás de los gástricos; se calcula que uno de cada seis o siete hombres lo llegará a desarrollar en algún momento de su vida.
La próstata es una glándula ubicada en el aparato reproductor de los varones. El principal factor de riesgo para desarrollar una protuberancia maligna es hereditario: si hay antecedentes de este tipo de tumor entre familiares de primer grado (el papá o algún hermano), es indispensable realizar los exámenes preventivos, pues la posibilidad de desarrollar la enfermedad es más alta. Incluso, vale la pena observar si hay registros de cáncer de seno entre las familiares más cercanas, pues también se ha visto relación entre ambos males.
Además, está detectada una mayor incidencia de cáncer de próstata entre los varones de raza negra, por lo cual también se les recomienda prestar especial cuidado.
La clave principal para luchar contra esta enfermedad es la prevención, que se logra mediante dos exámenes preventivos:
- Antígeno prostático. Es una prueba que se hace con una muestra de sangre; en el laboratorio se mide si hay presencia del antígeno, pues esta sustancia se traslada al torrente sanguíneo en el caso de personas que están desarrollando el cáncer.
- Tacto rectal. La hace un especialista médico en urología, para sentir a través del recto cuál es el estado de la próstata. Dura solo unos segundos y no causa molestias al paciente.
Es muy importante hacer ambos exámenes a la vez, pues son complementarios. Realizar solo uno, y dejar pasar el otro, reduce significativamente el objetivo: atajar a tiempo un eventual tumor.
Las dos pruebas se recomiendan a partir de los 40 años, anualmente. No es recomendable espaciarlos en períodos mayores, porque la enfermedad puede ser muy agresiva y atacar en pocos años. Además, al hacerse los controles periódicos, es posible establecer rangos normales de antígeno prostático y encontrar saltos muy abruptos que puedan estar lanzando una alerta.
Como suele ocurrir con muchos tumores, las personas que consumen una dieta rica en grasas y proteínas animales (como las carnes rojas) están más propensos a desarrollar la enfermedad. En todo caso, mejorar la alimentación es recomendable para prevenir otros males.
La detección debe ser temprana porque, si la enfermedad permanece oculta, empezará a trasladarse (metástasis) a otros órganos y a los huesos. Por ello, es común que los pacientes con este tipo de cáncer sufran fracturas de columna o de miembros inferiores. Para ese momento, la prioridad del tratamiento pasará a ser paliativa.
El cáncer de próstata no presenta síntomas, al menos en su etapa inicial, que es cuando resulta determinante encontrarlo. Sin embargo, después de los 40 años, es normal que ese órgano empiece a agrandarse, como parte del proceso de envejecimiento de la persona. Este crecimiento no necesariamente está asociado a tumores, aunque sí puede acarrear molestias y por lo tanto también debe ser sometido a evaluación médica.
Hay síntomas muy incómodos vinculados al crecimiento de la próstata, como levantarse a orinar muchas veces en la noche o tener un chorro de orina débil. Aunque no se trate de la presencia de algún tumor, es importante consultar un urólogo cuanto antes para tener un diagnóstico certero.
El Hospital Metropolitano cuenta con un programa de medicina prepagada llamado OncoSmart, que forma parte de MediSmart. Su enfoque es básicamente preventivo y les permite a los afiliados obtener beneficios a la hora de aplicarse los exámenes citados.
El Hospital también cuenta con un Centro de Cáncer, que ofrece a los pacientes diagnosticados una atención integral para combatir la enfermedad. Está ubicado en la sede central, en San José (antiguo edificio de la Cruz Roja).
Fuentes: Doctores Simón Benjamín Curling y Francisco Cordero, médicos con especialidad en urología del Hospital Metropolitano
NUESTROS ESPECIALISTAS
Dr. Simón Benjamín Curling
El doctor Simón Benjamín Curling es urólogo especializado y cuenta con 16 años de práctica profesional. Además de atender su consulta en el Hospital Metropolitano, es profesor de Neurocirugía de la Cátedra de Psicología en la Universidad Hispanoamericana.
Dr. Francisco José Cordero
Francisco José Cordero es médico y cirujano con especialidad en urología. Ha desempeñado su profesión como médico de empresa, profesor universitario y médico residente en distintos hospitales; además, cuenta con publicaciones en revistas especializadas.